dilluns, 16 de desembre del 2013

la serenidad y la cordura constituyen los principios de la sabiduría y la felicidad!

Nos enseñan a montar en bicicleta y a comer con cubiertos...
Se preocupan por nuestra destreza en matemáticas y el nivel de inglés!
Pero, que hay de las emociones? cuando siendo niños se ocupan nuestros padres de que distingamos si estamos tristes o enfadados? o de como expresar la rabia o el rechazo sin dañar a otros?

Los padres se han preocupado como nunca de que estemos preparados para una sociedad competitiva! Nos proporcionan una gran formación y nos apuntan a todo tipo de actividades complementarias para conseguir que seamos más inteligentes, más eficaces... 

En cambio, se le da muy poca importancia al aprendizaje emocional y este es fundamental, porque sin equilibrio emocional no podremos ser felices ni triunfaremos en la vida, por muy preparados que estemos!

Me preocupa ver los problemas emocionales que en la mayoría de los casos son por poca autoestima... ultimamente veo gente que sienten que sus vidas no les pertenecen!? Te es familiar esta sensación?  Ya sea fruto de la sobreprotección de las familias o en el extremo radicalmente opuesto porque en casa viven incomunicados! volcados en la consola, el ordenador, esperando a que llegue la hora de cenar para sentarse delante del televisor...

Podemos andar porque nos han enseñado, caemos, tropezamos y nos levantamos! pero que malos hábitos alimentarios estamos trasmitiendo?  "no, es que no le gusta ni come nada más“. No se si és por sobreprotección, o por desconocimiento, ¿¿pero no nos dejan así desprotegidos para afrontar la vida, con unas carencias emocionales muy importantes??

¿Pero como enseñar a identificar y verbalizar las emociones, hasta aprender a controlar nuestros miedos, a canalizar los enfados o a relacionarse con otros?

Solia pensar que las emociones se aprenden solas, a fuerza de sentirlas, pero parece que no siempre es así, y que el equilibrio emocional requiere algunas enseñanzas y, sobre todo, mucho entrenamiento.

 “El conocimiento de las emociones se aprende a través de las experiencias de la vida: si hay una tormenta o siente una amenaza, se tiene miedo. Si se sufre una pérdida, se está triste; pero cada uno reacciona emocionalmente de forma distinta! porque no nos emociona lo que ocurre, sino cómo interpretamos lo que ocurre”! Y es en esa interpretación de lo que ocurre, de lo que sentimos y de cómo reaccionamos ante ello en la que los padres tienen mucho que hacer con miras a la formación emocional de sus hijos. 

A medida que crecemos se van desarrollando las emociones y no sabemos lo que pasa. Puedes aprenderlo de forma natural o ir desarrollando estas emociones, por eso hay que ir enseñando a distinguir cuando se está enfadado de cuando se está triste. Pero quien nos ayuda o enseña a relacionarnos mejor y entender mejor lo que pasa? Cómo puedo yo etiquetar los sentimientos? Porque el primer paso en el aprendizaje emocional es lo que los expertos llaman conciencia emocional: saber identificar las emociones en uno mismo y en los demás y ser capaz de expresar lo que se está sintiendo con palabras.

Y eso, en el caso de los niños, significa enseñarles a comprender qué emociones tienen en cada situación, si son adecuadas para relacionarse con los demás y para sentirse bien, pero también dotarlos de vocabulario suficiente para expresarlas. Las seis emociones básicas, que se reconocen fácilmente por su expresión facial –alegría, tristeza, miedo, enfado, sorpresa e ira–, han de ir completándose, a medida que los niños crecen, con otras etiquetas emocionales que permitan definir con exactitud qué emoción, sentimiento o estado de ánimo tienen. 

Felicidad, satisfacción, optimismo, tranquilidad, calma, buen humor, euforia o júbilo pueden permitir expresar diferentes grados y percepciones de la alegría; como molestia, irritación, celos o furia pueden expresar enfado; o preocupación, temor, nerviosismo, horror y pánico pueden servir para concretar el miedo.

Y no menos importante que enseñar a poner nombre a lo que sienten es dejarles que lo expresen, que en casa puedan llorar si están tristes o contar que alguien les cae mal sin que se les censure y sin que se reste importancia a aquello que les pasa. “Si se sienten incomprendidos, si les decimos que no pasa nada, que lo que les ocurre es una tontería, no lo expresarán más”. Comentalo si crees que miento! Pero una vez controlas tus emociones y no al revés,  debes socializar! Para ello pienso que no es bueno negar las emociones! no quiere decir que las exprese de cualquier manera... como ira dando una patada! Hay que explicarle, cuando se calme, que enfadarse es normal, que nos pasa a todos, pero que ha de controlar su impulsividad y buscar otras vías de expresar su rabia sin dañar a otros. Se puede libera la rabia yendo a correr o chillar al patio, dando patadas a un balón o golpes a un saco de boxeo!

El comportamiento emocional tiene mucho de social y por eso hay que enseñar a regularlo. “Se acepta que un niño llore al dejarlo en la guardería o en su primer día de colegio, pero no que lo haga cada día con cinco años. 
También admitimos que de pequeños expresen su desagrado si un regalo no les gusta, pero si crecen diciendo siempre lo que piensan y sienten, resultarán conflictivos; por eso hay que desarrollar su empatía y enseñarles a regular sus comentarios para que no hagan daño a quien les regala con ilusión.

Algunas pautas para regular las emociones negativas de enfado, miedo y tristeza que he aprendido últimamente es a expresar el enfado de manera inteligente y socialmente adecuada! Lo cual exige controlar las rabietas y respuestas agresivas sustituyéndolas por conductas verbales que expresen el estado de ánimo pero sin alterarse demasiado y respetando a los demás. 

Estas respuestas de miedo y enfado deben regularse mediante la relajación, la respiración y el cambio de pensamiento; si aprendemos a relajarnos, a darnos cuenta de cuándo empezamos a enfadar nos o a asustarnos y respiramos profundamente, nos autohablamos (debo tranquilizarme, es mejor que me calme...), estamos gobernando nuestras emociones y evitaremos que nos alteren y descontrolen”. Yo soy la  primera en tropezar una y otra vez con la educación emocional Emocional, pero considero que la clave es encontrar el equilibrio entre el descontrol propio de la impulsividad del organismo (una emoción es una respuesta neurofisiológica) y la represión. Os aseguro que no resulta  nada fácil, requiere entrenamiento y, sobre todo, un buen equilibrio emocional de los padres. “No puedes pedir a tu hijo que controle su ira gritándole; que él esté descontrolado, que grite, no nos autoriza a descontrolarnos nosotros; y eso, que es fácil de decir y entender, pero es muy difícil de aplicar, porque para tolerar sus gritos con cierta impasibilidad hay que tener autonomía emocional, no dejarnos arrastrar por las emociones de los otros o del entorno! Vaya, que como todo es cuestión de entrenamiento, como tocar en una orquesta o jugar en un equipo de fútbol, y resulta fundamental para poder relacionarse...

Así que a regularse! Con cariño y responder a los ataques iracundos con el amor y no con más ira. Aunque hay que vigilar los cambios psicológicos, biológicos y sociales que se suceden en las etapas de la vida, en que se producen nuevas emociones se deben identificar, expresar y regular! Para no sufrir ni sentir tristeza  o desánimo, temor o inquietud... hay que afrontar la conducta del descontrol con calma, sosiego y tranquilidad! No resulta fàcil pero vale la pena intentarlo para no sufrir actitudes arriesgadas como el consumo de drogas, embarazos no deseados, conducción temeraria, violencia de género, depresión...

Modificar la inteligencia es complicado, pero resulta la mejor forma de prevenir todos estos posibles problemas y así desarrollar competencias emocionales para controlar la impulsividad y aumentar la tolerancia a la frustración. 

Así que esfuerzate, mejora y acostumbrate a centrar tu conducta con mucha disciplina al conocimiento de las emociones y sentimientos  que te llebaran indudablemente a la comprensión de uno mismo y también a entender las causas de esas conductas.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada